¿Y miras a tu profesión como una elección de vida más que como un simple trabajo?

Para PensaRSE

Hace poco más de 38 años decidí que la RSE, la sostenibilidad y los criterios ESG no serían solo una línea en mi currículum, sino mi forma de entender el mundo. No fue una estrategia de carrera, sino un compromiso diario.

Porque para mí, hablar de RSE no es hablar de programas de voluntariado los viernes, sino de principios que guían cada decisión: desde integrar comercio justo en compras hasta diseñar procesos que garanticen salarios dignos.

Sé que muchos de ustedes sienten esa misma inquietud: ¿esto de lo que hago aporta algo real más allá de a las metas de corto plazo y al balance financiero?

La verdadera transformación no está en los titulares de un reporte, sino en rediseñar prácticas desde la cultura corporativa, en convertir cada gesto en un paso hacia la justicia social. Cuando dejamos de maquillar la realidad y empezamos a co-crear, cuando el propósito deja de ser un eslogan y se convierte en brújula estratégica, abrimos la puerta a un liderazgo auténtico.

Te invito a preguntarte:


• ¿Mis decisiones crean valor para todos mis grupos de interés?
• ¿Mi empresa actúa con coherencia todos los días, no solo en las fotos con la comunidad?
• ¿Mi propósito inspira y moviliza a mi equipo?

La sostenibilidad no es una moda ni una carga: es la gran oportunidad de innovar, de anticipar riesgos y de conectar con aquello que verdaderamente importa. La R de responsabilidad, la S de social, la G de gobernanza… todas son caras de una misma convicción: liderar con conciencia, actuar con propósito y vivir con coherencia.

Si tú también has elegido este camino, bienvenido. Compartamos experiencias, aprendamos juntos y contagiemos este compromiso. Porque cuando la RSE se vive, no se impone: se contagia.

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